Umbra Vitae progresan adecuadamente y publican un segundo álbum agresivo y sólido, a la altura del oficio que se le presupone a una alineación de semejante calibre.
El supergrupo formado por miembros de Converge, The Red Chord, Uncle Acid & the Deadbeats y Twitching Tongues, publicaron su primer álbum, Shadow Of Life, en pleno 2020 pandémico con ninguna posibilidad de presentar su opera prima en directo. Fue un trabajo algo precipitado, urgente y corto, al que, probablemente, le faltaba alguna vuelta más para lograr el nivel deseado. Con Light Of Death remiendan los defectos de aquél y entregan una elaborada continuación, que con el buen hacer de Kurt Ballou en la mesa de mezclas le da ese tinte Converge en el sonido, por otra parte inevitable teniendo a Jacob Bannon liderando a Umbra Vitae a la voz.
Se trata de una colección de canciones más agresiva, más elaborada y con algún detalle de experimentación con la que diversifican su monolítica propuesta de exacerbados riffs, voz histérica y veloces baterías. Así, la voz intransigente y violenta de Bannon encuentra su par en las guitarras gruesas y trabajadas por Mike McKenzie y Sean Martin y un trabajo excelso de batería de la mano de Jon Rice, siempre a punto para acelerar y aminorar el ritmo cuando sea necesario.
Así los latigazos de death metal salpicados de actitud hardcore se suceden desde el inicio del álbum, ‘Leave Of Absence’ tiene un breakdown irresistible, ‘Belief Is Obsolete’, ‘Clear Cutter’, ‘Algorithm Of Fear’ o ‘Fatal Flow’ -ese punteo de guitarra tiene mucho flow- nos recuerdan el motivo por el cual se han juntado estos músicos, reinterpretar a su manera el old school death metal con altas cotas de mala leche. En ‘Deep End’ juegan con las disonancias y la violencia extrema o ‘Reality In Retrograde’ es irresistible y adictiva.
Buscan, jugando, otros caminos, como el medio tiempo ‘Velvet Black’ que de alguna manera los emparenta con Twitching Tongues, en que la intensidad se mezcla con voces susurrantes y unas guitarras lentas y más suaves contrasta con ese final más bruto y contundente, con un resultado muy interesante y una onda a seguir en el futuro. ‘Cause & Effect’ de inicio lento, que no acaba de rematar y se queda a medio camino, en intensidad y brutalidad, haciéndose un poco larga. Para el final dejan el trallazo ‘Light Of Death’ una auténtica salvajada que vale su peso en oro en la que la banda da lo mejor de sí.
Un trabajo nada autoindulgente, cosa que no siempre es así en un supergrupo de estas características. Cinco músicos investigando nuevos caminos y, lo más importante, divirtiéndote y divirtiéndose a base de mala hostia y huyendo de los cánones del revival death metal americano de nuevo cuño.
JOAN CALDERON
