Doce años sin publicar un álbum, con sólo esas cuatro canciones del EP Annihilation calmando la sed en 2018. Dos miembros debutando por fin en un disco, y uno de ellos, el batería de Unleashed Anders Schultz. Y por supuesto, Jojje Bohlin a la guitarra, Mikael Broberg al micro y el Dismember Richard Cabeza al bajo.
Si tras todos estos argumentos uno sigue sin sentir la necesidad de recurrir a Victory In Blood, el cuarto largo de los venerados Unanimated, igual es que lo que realmente consigue la variante ómicron es dejarte el cerebro tan agujereado como un puto queso gruyère.
En diversas fases, la banda se pasó un año entero grabando, mezclando y masterizando con Fredrik Folkare, y el resultado se nota con creces. Puede que sea ahí donde refunfuñen los más acérrimos del sonido añejo noventero, porque pese a petar naturales y tan gélidos como se espera de una institución escandinava, el grupo nos golpea con un mazo de lo más contundente.
Por mi parte, creo que no debería exigírsele a unos músicos tan granados registrar ‘mal’ estos temas, en una apresurada semana como antaño, o renegar, por pura pose, de los artilugios y avances de este siglo. ¡Que han pasado décadas desde sus primeras obras, señores!
El tema homónimo descorcha el plástico y lo primero que observas es prisa, el apremio que siente el quinteto de Estocolmo por demostrar vitalidad y ganas de seguir progresando. Ni intros ni leches. Ataque frontal, pero equilibrado, sin olvidarse del talento innato para las melodías que siempre ha denotado el metal extremo sueco.
Eligen las mismas armas en ‘Seven Mouths Of Madness’, otro estilete con gancho al que poco se le puede reprochar. Su coletilla final le tiende una alfombra negra a ‘As The Night Takes Us’, corte en el que Unanimated echan algo el freno para regodearse en su propia oscuridad. Esta canción llega en el momento propicio, la experiencia es un grado, y como la sigue ‘The Devil Rides Out’, una de las cuchilladas más notorias aquí, de momento vamos muy bien.
‘With A Cold Embrace’ es un breve lapso ambiental que abona el terreno a una ‘Demon Pact (Mysterium Tremendum)’ que vuelve a arremeter con furia. Ésta va mutando, también se va tornando espesa niebla, y todo ello conduce a ‘XIII’, un medio tiempo sombrío de gran calidad y refinada elaboración.
Las guitarras de Bohlin y Jonas Derouche rezuman mala baba en ‘Scepter Of Vengeance’, pero decididamente, y sintiéndolo mucho, es bastante probable que la banda no haya sabido rematar la faena con todo el esplendor que debería.
Quizá en vez de optar por ‘Chaos Ascends’ nos podrían haber mandado a la morgue con otro hachazo al cuello bien metálico, y hay que admitir que ‘The Golden Dawn Of Murder’, pese a su embestida como colofón, no brilla tanto como el resto de repertorio. Los 2 minutos de ‘Divine Hunger’ son macarras y se agradecen, pero servidor habría cerrado la obra con algo más movido que la señorial ‘The Poetry Of The Scared Earth’.
Pese a ello, estamos ante un álbum sumamente trabajado y meditado, rico en solos, y aunque la carencia de genio juvenil resulte indisimulable (como en cualquier otra banda de culto que siga en activo hoy en día, dicho sea de paso), que puede lucir con orgullo y dignidad el logo de Unanimated en su portada.
PAU NAVARRA