Me imagino a Underoath escuchando ‘Shame’, uno de los doce nuevo temas que incluye The Place After This One, en el estudio junto al productor Danen Reed Rector y gritar: ‘Ya está, ya tenemos el hit’. Y al cabo de un par de minutos, pasada la excitación inicial, pensar para sus adentros: ‘Ya, pero no lo será’. Bienvenidos a la vida de una banda veterana de metalcore en 2025.
Desde que se reunieran en 2017, Underoath han pasado a engrosar la lista de bandas que no importa como de buenos o malos sean sus discos, difícilmente ganaran nuevos fans ni tampoco perderán a los que obtuvieron durante su época dorada. O dicho de otra manera, los de Florida saben de antemano que funcionarán mejor las giras que hagan para celebrar los aniversarios de sus dos álbumes clásicos –They’re Only Chasing Safety (2004) y Define the Great Line (2006)- que las que hagan para presentar un disco nuevo. Por eso casi encuentro más meritorio que lejos de transmitir desencanto o conformismo, su décimo álbum suene como el de una banda con todavía ganas de comerse el mundo. O al menos pegarle un bocado.
En la primera década de los 2000, Underoath fueron pioneros a la hora de incorporar elementos electrónicos y sintetizadores al metalcore flequillero de la época, abriendo el camino por el que luego han transitado Bring Me The Horizon, Of Mice & Men, Falling In Reverse o Spiritbox, y 20 años después lo que antes era experimentación, ahora forma parte de su ADN. Pocos grupos de su escena tienen tan integrado lo ‘digital’ con lo ‘orgánico’: en muchos de sus breakdowns no sabes si estás en una rave o en el pogo del Outbreak Festival y cuando, por ejemplo, meten una base de UK Garage en ‘Teeth’ suena creíble, no como un pegote.
Acentuando todavía más la misma línea de sus dos discos post reunión, en The Place After This One la banda opta por una versión más directa de sí mismos, con temas más concisos y dejando de lado su vertiente más atmosférica o progresiva. No es un disco rompedor, pero sí con pegada. Ya sea mediante estribillos melódicos (‘All The Love Is Gone’, ‘Survivor’s Guilt, o la citada ‘Shame’, que podrían firmar Bring Me The Horizon) o una agresividad bien canalizada (la frenética ‘Devil’, ‘Vultures’ con colaboración de Troy Sanders de Mastodon, ‘Spinning In Place’…), Underoath siguen sonando vivos. A estas alturas, ya me parece mucho.
DAVID GARCELL