¿Qué es el underground? Seguro que cada uno de nosotros diseña una respuesta distinta. En mi opinión, se podría resumir en todo aquel conjunto musical que no vive de tocar. Si uno echa un vistazo a los carteles de festivales celebrados en jardines de Barcelona o en canteras de Marbella, puede hacerse una idea de a quiénes no me refiero.
Pero sin entrar en lamentaciones y mostrando todo el respeto hacia los artistas que sí se ganan el pan con su arte, considero que la nueva normalidad está dejando en el olvido a la clase obrera del rock. Sí, a aquellas bandas que no son tendencia en las playlist diseñadas por plataformas digitales. Y es que, como las meigas, ´haberlas haylas´. A veces están compuestas por gente joven que se muestra ilusionada ante un proyecto incipiente. En otras ocasiones, son formaciones veteranas que ya saben cómo funciona esto y aún así siguen empeñados en seguir en la carretera.
Y es ahí donde podemos encuadrar al trío llamado Vandida. Con integrantes procedentes de grupos como Zinc, Boom Boom Kid, o 13 Segundos, huelen a Mahou Clásica de lata verde y a chupa de cuero del Rastro. Desprenden aroma de un viernes noche de Malasaña y de una mañana de domingo en La Latina. Su repertorio contiene canciones con gancho como ‘Wild Roses’ y otras con mensaje vital optimista como ‘Todo Es Para Mejor’ o ‘Déjalo’.
Como principal aliciente, decir que poseen una voz que combina idiomas, tonos y estilos, rezumando personalidad por los cuatro costados. Y es que se puede afirmar con rotundidad que Dulze, como ya demostró en Zinc, sigue siendo una gran vocalista. Posee la capacidad de adaptarse a lo que pide la pista en cada momento. Además, su actitud desgarradora genera instantes emocionantes a todo aquel que escucha sus composiciones.
Eso sí, hay peros que restan puntos a su propuesta. Uno de ellos, bajo mi humilde punto de vista, es que sabe a poco el contenido mostrado en su EP Call Me, aunque sé que es un formato al alza y que ofrece muchas posibilidades. Además, sus dos singles posteriores (‘Wild Roses’ y ‘Badass’) podrían ser complementos que saciaran nuestra sed, pero pienso que se quedan cortos.
Sin duda, disfrutaría más un álbum con diez cortes bajo una misma producción y estudio de grabación. Pero también entiendo que uno debe amoldarse a los tiempos que corren. Y es que el dilema siempre estará ahí: ¿Debe la subcultura seguir los patrones establecidos por el mercado?
DAVID IPANEMA LEAKS