Hubo un tiempo en que parecía que formaciones como Evile o Warbringer iban a conseguirlo. A recoger el testigo de los grandes del thrash metal en cuanto a popularidad y llenar grandes recintos, me refiero, pero ese espejismo de finales de la primera década de los 2000 no duró más que un par de álbumes.
Pronto tocó darse de bruces con la realidad, arremangarse y volver a sudar sólo para obsesos del estilo en las salas que hiciera falta. De esa inesperada transfusión de juventud al thrash sólo quedaron los más fuertes, los más devotos, y en ésas tenemos a los de Ventura, ya presentando su sexto trabajo. Es un topicazo, pero en esta obra los californianos continúan su proceso de maduración y de expansión de recursos. Para entendernos, canciones como ‘Defiance Of Fate’ serían muy complicadas de hallar en sus primeros discos.
Con una producción matadora como punta de lanza y un John Kevill tan asesino como siempre a la hora de desgañitarse, el quinteto estadounidense no se olvida de repartir estopa en ‘Firepower Kills’, ‘Unraveling’ o, como ya empezaron a incluir en su anterior Woe To The Vanquished, un arrebato death melódico como la rotunda ‘Heart Of Darkness’.
Clase media como ‘Power Unsurpassed’ o ‘Notre Dame (King Of Fools)’ consiguen que el álbum no decaiga, demostrando que, por muchas altas y bajas que sufran sus filas, por muy chunga que esté la situación, los testarudos Warbringer nunca van a tirar la toalla. Da gusto escuchar cómo tocan en ‘Glorious End’ u ‘Outer Reaches’.
PAU NAVARRA