Después de 10 sencillos y el EP Explicit: The MiXXXtape, finalmente tenemos en nuestras manos Venom, el primer álbum de Wargasm. El dúo londinense se ha convertido en un auténtico fenómeno en las Islas Británicas, habiendo arrasado en los principales festivales desde Bloodstock hasta el Download.
El exceso y la fuerza musical son una característica distintiva de Wargasm, convirtiendo al sexo, el hedonismo y la violencia en la columna vertebral de esta rave de ritmos electrónicos y guitarras contundentes. En pocas palabras, si mezclas rock industrial, nu metal y tecno punk en una Thermomix, obtendrás la sorprendente amalgama sonora creada por Milkie Way y Sam Matlock, hijo de Glen Matlock, bajista original de Sex Pistols.
A pesar de su pedigrí, es innegable que, por lo escuchado en los 40 minutos del álbum, la pareja ha perdido parte de su encanto punk, optando en su lugar por una producción más pulida y brillante. Esto puede hacer que se eche en falta más garra, aunque deduzco, no los he visto en directo, que donde sacan a la bestia sigue siendo sobre un escenario.
En cualquier caso, la mezcla de estilos no necesariamente implica originalidad. Sus influencias son bastante evidentes, en ocasiones rozando el tributo. La línea de bajo inicial en ‘Dath Rattle’ parece ser una herencia directa de ‘Army Of Me’ de Bjork, ‘Do It So Good’ rinde un homenaje poco velado a los momentos más punk de The Prodigy, y temas como ‘Sonic Dog Tag’, con un fraseo que podrían firmado los mismos Linkin Park, o ‘Outrage’ evocan a los Limp Bizkit menos inspirados. Por cierto, Fred Durst contribuye en el saqueo, en este caso a Ministry, con ‘Bang Ya Head’. Para acabar con las referencias, ‘Minigun’ y ‘Modern Love’ tienen un sonido que nos recuerda a los Nine Inch Nails de la época de The Downward Spiral.
Con Venom seguramente disfrutarás de un buen rato, pero Wargasm no parecen mirar más allá de conectar con un público que busca divertirse por encima de todo. Son perfectos para una noche de fiesta, pero quizás les falte la profundidad para ser disfrutados plenamente cuando llegues a casa.
JOAN CALDERON