Como queda patente cada vez que posteamos algo sobre Dave Grohl, el nivel de animadversión que provoca el líder de Foo Fighters es cada vez mayor. Sobre todo porque esas ganas de estar en el candelero constantemente contrastan con la imagen de tipo humilde y sencillo que pretende proyectar.

No satisfecho con la turra mediática que rodeó el lanzamiento de Medicine At Midnight, Grohl lleva unas cuantas semanas siendo noticia por la publicación de un libro de memorias, haber grabado un single con Mick Jagger, una serie con su madre, una canción con su hija, y también un nuevo documental, What Drive Us (ya disponible en Amazon Prime), dirigido por el mismo, al estilo de Sound City o Sonic Highways.

Pero al César lo que es del César, y dudo que nadie que sienta amor por la música no soñaría con estar involucrado en un proyecto como éste si tuviera la posibilidad de hacerlo. Porque caerá mejor o peor, pero es innegable que Dave Grohl ama la música.

Con la excusa de contar las primeras giras en furgoneta de bandas tan famosas como U2, AC/DC, Aerosmith, Red Hot Chili Peppers o los mismísimos The Beatles, What Drive Us es en realidad una carta de amor al rock y la música en directo. Mediante los testimonios de The Edge, Brian Johnson, Steven Tyler, Flea o Ringo Starr, entre otras de las muchas estrellas que Grohl tiene a un tiro de teléfono, el documental incide en las motivaciones que llevan a cualquier músico a emprender una aventura en la que las posibilidades de éxito son tirando a cero.

Es evidente que, como pasa en los seminarios de coaching, coger la excepción como norma, puede llevar al engaño, pero hay que reconocer que Grohl compensa el reclamo para el público mainstream de contar con esas estrellas, entrevistando a músicos que probablemente sean desconocidos por el 90% de quienes vean el documental. Hablo de Mike Watt de The Minutemen, DH Peligro de Dead Kennedys, Kira Roessler de Black Flag, o Pete Stahl, su compañero en Scream, la banda en la que militó antes de unirse a Nirvana. Si hay algo que sí me gusta de Grohl es que en su universo todos son igual de importantes, y muestra el mismo respeto por alguien que nunca salió del circuito de salas que por alguien que acabó llenando estadios.

Además, What Drives Us deja algunas anécdotas curiosas, como el que Ben Harper descubriera el punk rock gracias a que sus vecinos eran ¡Christian Death!, que Ian McKaye y Duff McKagan citen a los canadienses D.O.A. como los pioneros en organizar giras undeground, o que los Beatles se tiraran pedos en la furgoneta.

Es verdad, que quizá sobre todo en su parte final, el documental acaba pareciendo un publireportaje sobre Foo Fighters (todos sus miembros y su manager constan como productores ejecutivos), y que Grohl no puede evitar chupar cámara algo más de lo que le correspondería a un director, pero en el cómputo global What Drive Us deja un buen sabor de boca. Y sólo con que motive a una sola banda, a ponerse las pilas y salir a la carretera, ya habrá merecido la pena tenerle, una vez más, hasta en la sopa.

JORDI MEYA