Es significativo de los tiempos en los que vivimos que una banda que fue capaz de llenar la Joy Eslava en Madrid y con unas canciones de indudable potencial comercial haya optado por la autoedición para lanzar su cuarto disco de estudio.
Puede que ningún sello se atreve a apostar por ellos porque el rock atemporal que practican Whisky Caravan no encaja en las radiofórmulas al lado de Rosalía y Bad Bunny, o quizá sea porque ellos prefieran llevar el volante de su carrera, pero lo cierto es que uno se pregunta hasta dónde podrían llegar los madrileños de contar con un apoyo como el que tenían las bandas en los 90. Y es que Imaginaciones cuenta con todos los ingredientes para poder calar en el gran público: unas composiciones de estructura clásica en la que cada estribillo se convierte en un clímax, un sonido bien armado y pulido, cortesía del productor José Caballero (Shinova, Second), y algo de épica con vocación de stadium rock.
Como si fueran un eslabón entre sonidos más americanos (Pearl Jam, The Gaslight Anthem) y más cercanos (Héroes Del Silencio), la banda nos ofrece 14 canciones ricas en melodías, en las que las guitarras eléctricas y acústicas conviven en perfecta armonía y sirven de lecho para que la característica voz profunda de Danny Caravan tome el protagonismo.
De este nuevo repertorio destacan temas vigorosos como ‘Algo En Que Creer’, la adictiva ‘Imaginaciones’, ‘Mi Ingravidez’ con esa frase «un disco de Alice In Chains, refugio infinito» que me ha llegado al corazón, o ‘Tan Lejos Como Puedas’. Se nota que cuando componen tienen el escenario en la cabeza porque incluso cuando parece que van a bajar algo el pistón, como en el medio tiempo ‘La Última Luz’, que empieza con un piano, o la balada ochentera ‘Gigantes’, acaban subiendo la intensidad a la primera de cambio. Solo en la acústica ‘Kingutsi’ llegan a relajarse un poco. Si te acercas a sus conciertos, prepárate a sudar tanto como ellos.
MARC LÓPEZ
