Una de las bandas que me han hecho levantar la ceja en los últimos años es Zeal & Ardor. Bueno banda, si estás al caso, sabrás que aunque en directo sí se presentan como tal, Zeal & Ardor es sobre todo el proyecto de una mente privilegiada y un talento sin igual, Manuel Gagneux.
Su potente e innovadora propuesta -una mezcla de música tradicional afroamericana y metal extremo- ha significado una de las irrupciones más interesantes de los últimos años en la escena. Si a todo ello le sumas su contundencia en directo, concluiremos que estamos ante una de las grandes bandas de su generación. Devil Is Fine y Stranger Fruit ya eran trabajos inspirados, pero en este Zeal & Ardor -que sucede al, urgente y reivindicativo, EP Wake Of A Nation, publicado como reacción al asesinato policial racista de George Floyd en Minneapolis- rizan el rizo y perfeccionan todo lo apuntado.
Desde la inicial y litúrgica ‘Zeal & Ardor’ escuchamos una producción espectacular y un ente creativo en plena forma. Continúa con lo ya sabido, es decir, canciones en las que la influencia del gospel está muy presente, como ‘Death To The Holy’, pero en un ejercicio de ampliar aún más las raíces del folclore americano, nos propone un inicio casi country en ‘Golden Liar’ o un blues psicopático como ‘Hold Your Head Low’.
Aparte de ese toque diferencial que han hecho que Zeal & Ardor hayan adquirido tanta notoriedad, el álbum también profundiza en los sonidos más metaleros. Riffs más pesados, casi sacados del metal de los 2000, como en ‘Church Burns’ y la omnipresente presencia del black en ‘Run’ o ‘Götterdammerung’, garantizan que el sector más metalero de su público se quede a gusto.
En este álbum existen dos almas compatibles. La más experimental, como en ‘Emersion’, con un inicio de sesión de tu ordenador, que acaba siendo una oleada de riffs al más puro estilo Deafheaven, con Manuel aullando desquiciadamente cual lobo en celo o tirando hacia el ambient con sintetizadores de la final ‘A-H-I-L’. Y también la más continuista, como en ‘I Caught You’, un despliegue de todo lo que es capaz Zeal & Ardor y especialmente todos los registros de voz que Gagneux utiliza: del susurro al growl, de la melodía a la voz desgarrada.
Sigue sorprendiéndome, agradablemente, la proyección que está consiguiendo sin hacer una música a priori no especialmente accesible, pero la realidad es que cuanto más la escuchas, más te arrastra y te atrapa. A la tercera ha ido la vencida, y Zeal & Ardor se consagran con un trabajo sideral que justifica todas las expectativas creadas a su alrededor.
JOAN CALDERON